Este proyecto se trata de una habilitación de 850 m2 de oficinas para abogados, en un piso 17 de un edificio existente en las Condes.

Un pasillo de ancho constante recorre toda la planta del edificio, rodeando el núcleo de ascensores y distribuyendo a los distintos recintos. Entre el núcleo de ascensores y el pasillo se ubican los baños y servicios en general, mientras que hacia el perímetro se ubican las oficinas de los abogados y las salas de reuniones, aprovechando al máximo la luz natural. Cada abogado trabaja en un espacio completamente privado y aislado acústicamente.

Un desafío importante fue lograr llevar la luz natural desde el perímetro del edificio y a través de las oficinas hacia el interior de la planta, sin perder la privacidad de estas, aspecto que se logró instalando un cristal especial, cuyo tratamiento permite dejar pasar la luz y no la vista.

Los pies derechos de madera dan estructura al cristal que queda tragado por el plomo interior de las oficinas, marcando un ritmo constante en todo el recorrido. En un primer golpe de vista, solo se aprecian estos elementos verticales de madera alternados con cristal en repetición continua, como un velo iluminado. Y sólo en la medida que se avanza, van apareciendo los accesos a las oficinas de cada abogado tras el velo.