Casa Chupalla
Cachagua, V Región, Chile, 2024
Mantener el manto del cerro con su morfología original y lograr una casa que estuviera en relación directa con el suelo fueron dos objetivos fundamentales y aparentemente contrapuestos que determinaron la forma de la casa. Lograr a través de ella un paseo que fuera mostrando el entorno y la vista al mar, en una secuencia de espacios y vistas diferentes, desde el acceso a cada uno de los recintos, fue otro de los objetivos principales.
La casa se asienta en el cerro estableciendo un orden horizontal de tres estratos en la pendiente natural del terreno: zócalo, cuerpo intermedio y cubierta. El zócalo de hormigón que contiene el espacio de los dormitorios define un primer horizonte de vistas, cercano al terreno, a la altura de las copas de los árboles que crecen en el fondo del sitio. Sobre este zócalo se levanta un entramado liviano de madera, que envuelve los espacios comunes de la casa – hall de acceso, living, comedor y cocina – definiendo un segundo horizonte de vistas, sobre las copas de los árboles, despejadas hacia el mar y los cerros. En un nivel intermedio – paso obligado entre ambos niveles principales –, se ubica la galería de los niños con acceso directo al patio que queda contenido entre la casa y el cerro, resguardado del viento. Un techo de estructura de madera y grandes aleros corona la casa, protegiéndola del sol y de la lluvia.
En contraposición a la típica configuración de casa de cerro que define una espalda cerrada y un frente abierto – hermética hacia el cerro y despejada completamente hacia una única y omnipresente vista al mar –, esta casa se configura con un doble frente y multiplica las vistas en diferentes horizontes y direcciones para apreciar de distintos modos la rica geografía de los cerros, bosques y el mar que rodean el lugar.
Se entra a través de una rampa que sube desde el patio en el nivel intermedio, hasta el hall de acceso ubicado en la esquina suroriente de la casa. Las vistas se revelan de a poco, cada una es un cuadro distinto. En la medida que se recorre el interior desde el acceso hacia el living, ubicado en la esquina opuesta norponiente, la vista al mar aparece por partes, hasta abrirse completamente en la esquina, en dirección a la Isla de los pingüinos.
Lograr amplitud en los recibos era una clave para una casa de tamaño acotado que recibe mucha gente. Al abrir las hojas del ventanal esquina que separa el living de la terraza, ambos recintos se funden en un solo gran espacio orientado hacia el mar, y el living pasa a ser una terraza holgada frente al Océano Pacífico.
Arquitecto: José Ignacio Valdivieso.
Colaboradores: Caterina Barchiesi y Juan Infante.
