Condominio Agua del Palo

Vitacura, Región Metropolitana, Chile, 2018

Este proyecto se trata de un conjunto de 8 casas emplazadas en ladera sur, al pie del cerro Manquehue.

En un terreno de frente generoso y fondo promedio de 45 metros, las casas se ubican una al lado de la otra emplazándose prácticamente todas el mismo nivel, mientras un camino interior las recorre y les da acceso por la parte baja del terreno. De este modo los terrenos quedan definidos por un frente acotado hacia la calle de 25 cada uno y un fondo de 45 metros en pendiente.

Sobre el camino de acceso, aparecen los jardines de las casas que, en forma de terrazas vegetadas, van adecuándose a la pendiente natural del terreno. Desde las casas hacia arriba el cerro se conserva tal cual es hoy, aprovechando su condición vegetada de quillayes, espinos, boldos y peumos.

Todo el conjunto se arma con 3 tipologías de casa; todas diseñadas bajo una misma lógica que se condensa en 3 operaciones fundamentales:

En primer lugar, las casas se adaptan a la pendiente mediante un juego de niveles muy controlados que arman una secuencia ascendente, diferenciando los distintos sectores de la casa.

En segundo lugar, las casas han sido concebidas con un doble frente sur y norte: por el sur un frente de dos pisos que balconea sobre el valle con vistas largas a la ciudad y el por el norte un frente de un solo piso que se abre para traer luz al interior y aprovechar las vistas del cerro. Por ambos costados – oriente y poniente – las casas se cierran controlando las vistas laterales hacia los vecinos.

De esta manera las casas se desmarcan de la lógica de espalda y frente que tradicionalmente caracteriza a las casas de cerro, volviéndolas unívocas y monótonas.

Por último, un gran vacío central ordena y articula los distintos recintos de la casa – dos de ellas en forma de patio y la tercera en forma de doble altura –, multiplicando las vistas y trayendo luz al interior.

La mirada de conjunto es esencial en este proyecto. El emplazamiento de cada casa ha sido estudiado para alterar lo menos posible el cerro, guardando suficiente distancia entre ellas para dejar crecer jardines y árboles que las rodeen completamente.

Arquitectos: José Ignacio Valdivieso y José Domingo Peñafiel.

Colaboradores: Alejandra Sepúlveda y Juan Pablo Peró.