Bodega El Bajo
Padre Hurtado, Región Metropolitana, Chile, 2013
Un programa muy simple dio lugar a esta obra: una bodega para herramientas y maquinaria agrícola, con un taller de trabajo en su interior.
El objetivo era construir un pequeño galpón que a la manera de las antiguas llaverías de los Fundos, conformara el centro de operaciones de una unidad agrícola menor, donde se pudieran guardar herramientas, maquinarias y cosechas, albergando al mismo tiempo distinta tareas agrícolas, como la selección de frutos, reparación de herramientas, etc.
Posado sobre un pequeño zócalo de hormigón, que aleja la estructura del suelo, el proyecto se resolvió completamente en madera.
Se buscó tener la menor cantidad posible de aberturas en primer piso para garantizar la seguridad propia de un lugar de guardado. Dos portones enfrentados de 4 metros de ancho se abren durante el día y el galpón pasa a ser una gran sombra abierta que deja pasar el viento y la luz, al tiempo que protege del sol y de la lluvia.
El taller se ubica al centro del galpón, en altura, suspendido entre los dos portones y armando un altillo que se abalcona sobre el interior. Desde esta posición elevada, toma las vistas lejanas del campo, mediante una ventana corrida que lo convierte en un verdadero mirador.
Una gran abertura hacia norte en el encuentro entre ambas aguas de la cubierta llena de luz el taller, que a su vez deja pasar la luz a todo el interior. De esta manera el galpón puede estar cerrado completamente y el interior permanece siempre iluminado.
Una vez abierto, el galpón deja entrever el paisaje a través de su estructura, tomando un aspecto liviano. Lleno de vida; todo gira en su entorno durante el día. De noche en cambio, el galpón aparece totalmente hermético y compacto, como un cuerpo infranqueable y dormido.
Arquitecto: José Ignacio Valdivieso.